MinSeok (Littleevilmaknae)
Yo era conocido como el que siempre se despertaba antes que
nadie. Y ese día, aunque fuera domingo, no iba a ser una excepción. Pero la
mirada de cachorro de LuHan fue suficiente para quedarme un rato más, entre sus
brazos.
Su respiración indicaba que no estaba dormido, pero aún así
tenía los ojos cerrados. Sintiendo miles de emociones en el pecho, tarareé:
—"Te voy a escribir la canción más bonita del
mundo".
LuHan notó que estaba cantando, y sonriendo por la letra,
continuó—. “Voy a capturar nuestra historia en tan sólo un segundo”.
Reí sobre su boca antes de atacarla con mis labios.
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Vertí la leche en dos
tazas, revolviendo todo su contenido con una pequeña cuchara. Las deposité
sobre la mesa donde solíamos comer y le indiqué a mi novio que trajera el plato
con las tostadas que anteriormente había preparado. Los demás miembros dormían,
de modo que sólo éramos nosotros dos en la sala. Como siempre empezamos a
hablar de la situación del grupo y de nuestras debilidades que debían ser
mejoradas.
Estábamos hablando sobre las canciones en las que
trabajábamos actualmente, cuando BaekHyun entró abrazado por la cintura por
ChanYeol, mientras el primero reía por los susurros que se mandaban.
—Oh —exclamó ChanYeol—. Creíamos que dormían.
El otro lo miró enfadado, en son de “no era necesario que me
soltaras tan brusco”. Pero al observarnos con atención, en especial a mí, soltó
una risa burlona.
—¿Qué hay, chicos? ¿Anoche no podrían haber sido un poco más
discretos, verdad?
Me sonrojé de inmediato y eso fue suficiente para que las
bromas empeoraran.
—Me imagino lo mucho que te dolerá —continuó—. LuHan es una
verdadera bes…
—¡Anoche no pasó nada! —me defendí.
—No te conviene mentir —sonrió el más alto—. Claramente
escuchamos cosas indebidas.
Yo articulé la boca varias veces, buscando cómo explicar que
nosotros no éramos los causantes de los ruidos. Entonces miré a LuHan, en busca
de ayuda, pero él estaba haciendo un esfuerzo sobrehumano para no lanzar
carcajadas. Cosa que no funcionó, porque al ver mi expresión no se resistió.
Con la cara roja de la rabia me paré de mi lugar y me dirigí
a cualquier lugar lejos de aquellos tres.
—Ya la regaste, LuHan —comentó de lo más alegre el de menor
estatura.
No vi qué sucedió, pero pude imaginar que mi novio lo miraba
mal, porque oí el chirrido de la silla mientras se ponía de pie para
perseguirme.
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—No te enojes Minnie —decía, poniendo esos mohines a los que
poco me resistía.
—Es muy gracioso, ¿no? —espeté—. Jamás me defiendes. Y de todas
formas, es tu culpa esto. ¡Yo no
andaría cojeando por ahí si por la noche
fueras un poco más tranquilo, LuHan!
Me daba igual si lucía como un niño protestando, odiaba
parecer siempre la víctima de la relación, cuando incluso yo era el que ordenaba
a mi novio.
Bueno, a veces.
Para colmo, el otro seguía mordiéndose el labio. Yo sabía
que eso significaba que moría por reír, pero si lo hacía las cosas empeorarían.
—Pero tú sabes que nosotros no fuimos los de anoche. Mira,
de hecho creo que fueron JongIn y KyungSoo, porque últimam…
—¿¡Qué!? —exclamó sin aliento alguien a nuestras espaldas. Al
voltear descubrimos que se trataba del de ojos enormes. El rostro se le puso de
todos los colores posibles, y gritando el nombre del chico moreno salió de la
habitación sacudiendo los brazos. Parecía un adorable personaje de anime.
Antes de que pudiera decir algo, los gritos del manager
llamaron toda nuestra atención. Nos dirigimos hacia la sala, donde estaban casi
todos reunidos y con expresiones de confusión.
—¿Dónde están ZiTao y SeHun?
—Le acabo de marcar a SeHun, ya vienen —habló JongDae.
No entendía nada de lo que pasaba, preocupado de que hubiéramos
hecho algo mal, me dispuse a limpiar el lugar, siempre me ayudaba cuando estaba
estresado.
Estaba lavando un vaso con especial fuerza, cuando una mano
se posó en mi muñeca suavemente. LuHan me indicaba con la mirada que me
relajara y que me sentara en su regazo. Y así lo hice, sintiéndome mucho mejor
al escuchar sus latidos.
Los miembros restantes llegaron, y ni siquiera los regañaron
porque al manager ya estaba explicando la situación.
No podía ser, ¿las canciones se habían infiltrado? No podía
ser una excusa que un trabajador perdiera el archivo.
Aún tenía en mi mano el vaso que usaba antes, oía que todos
discutían pero no les prestaba atención. ¿Todo el esfuerzo para nada?
El vaso se me resbaló de la mano rompiéndose en mil pedazos,
haciéndome reaccionar. Me disculpé y rápidamente barrí los pedazos de vidrio,
con ayuda de LuHan. Ni bien terminamos lo tomé de la mano y lo llevé hacia
nuestra recámara.
—No nos podemos poner mal por eso —empecé—. Nos esforzamos
demasiado, pero tenemos que hacerlo el doble. No nos demoremos más, pongámonos a trabajar en las canciones nuevamente.
—Sí… —murmuró—. ¡Sí! —dijo esta vez más alegre y seguro. Me
besó en los labios por unos segundos y salimos a buscar a los demás.
Después de todo, no había tiempo que perder y había demasiadas fans esperando por nosotros.
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