LuHan - (ValeCaroline)
Feliz.
Así me
sentía. Nada en la vida podría ser mejor que en ese momento. Las palabras de
aliento de nuestros compañeros con respecto a nuestra relación me hacían sentir
feliz. MinSeok también se veía radiante, confiado. Sonrisas, burlas.
Insinuaciones… todo eso salía de sus bocas, pero poca atención les ponía a
ellas. En la combi, MinSeok se había sentado a mi lado para regresar al
departamento. Tal era mi felicidad que no podía dejar de abrazarlo y besarlo.
Tan contento estaba que había olvidado un pequeño detalle.
Cuando
llegamos, fue Kris quien dijo:
- Dile a
SeHun que les deje compartir el cuarto… - y sin escuchar más, arrastré a MI
novio hasta ahora NUESTRO cuarto. Cuando cerré la puerta comencé a besarlo,
pero un pequeño bulto sobre la cama me hizo acordar el detalle que había
perdido: SeHun.
- Ya,
Lu. SeHun está durmiendo – dijo MinSeok en un susurro apenas audible. Yo sabía
que no era así, además necesitaba demasiado tenerlo conmigo.
- No
importa, los chicos dijeron que podría quedarme aquí – alcé un poco la voz,
para que el pequeño me oyera y nos pudiera dejar solos.
-
Déjalo, en serio. Por favor – vi la súplica en sus ojos, no entendí porque se
ponía así, pero con un último beso en la comisura de sus labios me iba a
retirar, cuando SeHun se levantó de la cama y se fue, no sin antes insultar a
mi novio, quien se quedó en silencio con la vista baja. No podía creer que el
niño haya hablado así, por lo que me dispuse a hablar con él, pero algo me
detuvo.
MinSeok
tenía sujeta mi muñeca y me miraba con súplica. Me preocupé demasiado ¿Qué
había sucedido entre ellos dos para que terminara así?
Con
dulzura lo llevé hasta la cama más cercana, que era la del maknae. Lo senté
sobre mis piernas y le hice esconder su rostro en mi cuello. Abracé su torso
con la mayor dulzura que me fue posible y esperé a que hablara, pero nada sucedió.
No quería insistirle, pero sabía que si no lo soltaba ahora no iba a contarme
lo que sucedía.
- ¿Qué
pasó, Min?
Soltó
todo el aire que tenía en sus pulmones y comenzó a hablar.
Me habló
sobre la confesión de SeHun, lo cual me hizo entender muchas cosas que habían
sucedido, aunque me dio curiosidad de porque no me lo había dicho antes. Me
habló del miedo que tenía de perderme, lo cual me hizo abrazarlo con más
fuerza, ¿cómo podría dejar ir una cosa tan adorable como lo era él? Y Sobre que
a Tao le gustaba SeHun, eso sí que me sorprendió mucho.
Cada
tanto dirigía una tímida mirada a mi rostro para saber cómo estaba reaccionando
ante todo ello.
-
Tendrías que habérmelo contado antes, MinSeok – dije cuando quedó unos segundos
en silencio, dándome a entender que había terminado -. Sabes que no tienes por
qué sufrir todo esto solo siendo inocente de todo. ¿Por qué no lo hiciste?
- Tenía
miedo – asombrado abrí mis ojos y lo miré directamente, había comenzado a
llorar nuevamente -. ¿No notas lo perfecto que eres? – sonreí con algo de
amargura ante eso, siempre sería así -. Sigo sin entender por qué me eliges
sobre todas las cosas. Y si SeHun con quien compartes tantas similitudes
gustaba de ti, había grades posibilidades de que le correspondieras – nos
quedamos un minuto en silencio, no sabía qué hacer para que dejara de sentirse
de esa forma.
- Min –
Le llamé dulcemente -, la última cosa que voy a dejar de hacer es amarte,
¿entiendes? Te amo más que a nada… - hice una pequeña pausa, esperando que me
mirara -. Sí, más que a la carne, al futbol – me fui acercando despacio, hasta
que nuestras narices chocaron -, al Manchester, a los baozi – le mordí el labio
inferior, para continuar con un delicado beso.
Con delicadeza,
me giré, para dejarlo sobre la cama, que no me había fijado, era la de SeHun.
- LuHan…
no… - le besé, para callarlo y lo levante, sin soltar ni un segundo sus labios,
para luego volver a recostarlo sobresu cama. Me subí, colocando mis piernas a
ambos lados de su cadera, y me separé unos segundos, los suficientes como para
poder admirarlo. Su pequeña nariz, sus grandes ojos que siempre se me
asemejaron a los de un gato, y ahora tenía entrecerrados, esperando mi próximo
movimiento. Y lo que más me gustaba, lo que me parecía adictivo de él, esos
labios rosados, hinchados.
Besé su
nariz, y luego, con su ayuda, le quité la camiseta, para dejar su torso al
descubierto, y luego yo mismo, me quité la propia.
Lentamente,
entre besos, caricias, palabras de amor, suspiros y gemidos nos entregamos el
uno al otro. Se sentía tan bien tenerlo entre mis brazos, escucharlo suspirar
mi nombre, volverlo loco.
- Minnie
– dije una vez hubimos terminado, y ambos estábamos abrazados bajo las sábanas,
y yo acariciaba su cabello con ternura. Escuché un pequeño gemido en forma de
respuesta -. Te amo.
---
No supe
bien cuanto tiempo había transcurrido desde que MinSeok se había dormido, pero
escuché como la puerta de entrada se abría. Con cuidado de no despertarlo, me
levanté, me puse unos pantalones cualquiera, y casi corriendo salí del
departamento. SeHun estaba subiendo las escaleras cuando me vio.
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