Primer Viaje a Casa
¡Rápido! ¡Rápido!
Golpeabas tu dedo sobre el
escritorio mientras apretabas el lápiz con fuerza con la otra,
mientras inquietamente mirabas el reloj de pared por enésima vez la
última hora. Estabas poniéndote cada vez más ansiosa con cada
segundo y los pies te hormigueaban para irse. Sabías que
probablemente deberías de estar con tu atención en el examen y
llenar los muchos espacios en blanco en tu hoja. Tenías que levantar
tus notas en la mayor parte de los exámenes posibles, especialmente
porque te habías dormido durante el examen de matemáticas esa
mañana. Pero estabas demasiado emocionada como para preocuparte.
Podías decir que todos tus compañeros se sentían de la misma
manera, ya que muchos también lanzaban miradas al reloj, excepto,
quizá, por Kris, quien miraba hacia la ventana otra vez.
¡RRRRRRRRRRRIIIIIIIIIIIIIINNNNNNNNNGG!
—¡SÍIIIIIIIIIIIIIIII!
El repentino grito de tus
compañeros, al igual que los de las otras clases, te sorprendió.
Pero luego, tu corazón (si es que tenía una boca) también estaba
gritando con alegría, incluso si no te habías unido a la explosión.
—¡Pasen sus papeles! ¡Con
cuidado, no causen accidentes! Por favor, entreguen sus hojas
apropiadamente… ¡ey! ¡No literalmente! ¡Y no corran en los
pasillos! —tu profesor llamaba a tus compañeros ruidosos e
hiperactivos, quienes estaban lanzando a toda prisa los papeles,
haciendo una carrera hacia la puerta, lanzando papeles arrugados
hacia todos lados o trepando sus escritorios mientras ondeaban sus
blazer en el aire.
—¡Finalmente! —suspiraste
feliz.
—¡JooRi ah! ¡Vamos!
—ChanYeol, quien ya estaba fuera con SeHun y Kai, te llamó
impacientemente.
Le alcanzaste la hoja de
respuestas a tu profesor. Estabas dirigiéndote a la salida, pero
decidiste volver a ayudarle con las hojas del suelo, que tus
compañeros habían dejado descuidadamente en la mesa.
—¡Adelántense chicos! ¡Los
buscaré en la puerta de la escuela! —gritaste.
—Aigoo. Ustedes chicos son
muy enérgicos —murmuró el maestro, también levantando los
papeles caídos—. Pero era de esperarse. Gracias por ayudar, Song
JooRi shi. Disfruta tu fin de semana.
—Gracias, profesor —le
sonreíste dichosamente. Estabas segura de que disfrutarías
de tu fin de semana. Finalmente, los exámenes habían terminado.
Además, era la semana libre. Estabas emocionada de finalmente volver
a casa después de lo que parecían siglos. Verías a tu madre y a
HyuBin, y lo mejor de todo, podrías finalmente descansar de la
escuela y todas las cosas sobre monstruos al menos por un rato.
Los chicos, JiMin y tú
acordaron encontrarse en la puerta de la escuela después de más o
menos treinta minutos de que las clases finalizaran, justo el tiempo
para cambiarte y empacar las cosas que necesitarías para el viaje a
casa. Ya que había tan solo dos viajes los viernes, uno a las cinco
en punto y el último a las cinco y media, deberían ir a las puertas
tan temprano como fuese posible, donde los buses estarían esperando.
Habría lugares limitados ya que había solo dos buses por cada
viaje, y acorde a ello, la mayoría de los estudiantes hacían el
viaje los viernes en lugar de los sábados, así podían tener un fin
de semana libre más largo.
Corriste hacia la salida de tu
clase solo para encontrarte siendo arrastrada hacia dentro por una de
tus compañeras, a quien reconociste como la a cargo de las tareas de
limpieza.
—¿Dónde piensas que vas,
desperdicio? ¿Olvidaste que se supone que hagas las tareas de Kai?
—preguntó severamente.
¡Ugh! Cierto,
gruñiste.
—Ni siquiera pienses en
hacer un trabajo descuidado porque estás demasiado emocionada por
volver a casa. El profesor Bae mira cada clase para asegurarse de que
la limpieza esté hecha apropiadamente —te dijo y se fue.
—Uh, hey, ¡espera! ¡¿Qué
hay de los otros?! —llamaste, pero ella no escuchó y solo dejaste
salir un suspiro—. Otra vez esto. —Suspiraste mirando alrededor
el desordenado y vacío salón. Lanzaste una mirada a la hora.
Faltaban veinte minutos antes de las cinco—. Quizá pueda seguir
haciéndolo.
Comenzaste a limpiar el aula
rápidamente, todo mientras maldecías a tus compañeros que siempre
se escapaban y te dejaban haciendo la limpieza sola. Intentaste ser
tan rápida como te era posible, pero era simplemente demasiado para
hacer—levantar los papeles arrugados, barrer, limpiar el pizarrón,
limpiar los borradores del pizarrón, limpiar las ventanas, trapear,
tirar la basura y vaciar los tachos—, la lista parecía no
terminar. Seguías en el corredor con la mopa cuando el reloj te
mostró que ya faltaban solo cinco minutos para las cinco.
—No lo lograré —gruñiste
a la vez que tu teléfono sonaba. Era JiMin.
—JooRi ah, ¿dónde estás?
¡Son casi las cinco! Ya hemos subido al bus, hemos tomado un asiento
para ti. ¡Apúrate! —dijo en la otra línea.
—JiMin ah, yo —entraste en
pánico— no creo lograrlo —suspiraste.
—¡¿Qué?!
—Olvidé que se suponía que
debía hacer la limpieza por Kai hoy. No terminé aún, y no creo que
lo haga pronto.
—¡Ah!, ¡¿qué hacer?!
—¡Nos vamos en tres
minutos! Por favor, asegúrense de tener todo lo que necesitan y de
haber ido al baño. No habrá ninguna parada hasta que lleguemos a la
ciudad. —Pudiste escuchar la voz del conductor.
—¿Eh? Ah, ¡espera! Ah,
¿qué puedo hacer? —murmuraba JiMin—. Señor, ¿podemos esperar
un rato? Nuestra amiga aún no está aquí.
—¿Por qué? ¿Qué está
mal? —Pudiste escuchar la voz de SuHo a través de los murmullos y
protestas de los estudiantes del otro lado de la línea.
—¿Es JooRi? ¿Dónde está?
—La voz de BaekHyun también se alcanzó a oír.
—Lo siento, señorita, pero
no puedo dejar que todo el mundo espere por su amiga. El bus se va a
horario. Si no puede llegar, que tome el siguiente —dijo el
conductor.
—Pero… —murmuró JiMin.
—¡Ya! ¡JooRi! ¿Dónde
mierda estás? ¡Ven aquí! ¡El bus se irá pronto! —gritó
ChanYeol.
—JiMin ah —hablaste.
—Sí, sigo aquí —contestó.
—El señor tiene razón.
Vayan sin mí —le dijiste.
—Pero, JooRi —protestó
JiMin.
—Está bien, tomaré el
siguiente viaje.
—Entonces también tomaré
el siguiente viaje.
—Pero no le has avisado a tu
madre, te estará esperando en la orilla. Apuesto a que los otros
también deben tener a alguien esperando por que lleguen. JiMin ah,
en verdad está bien. No me esperen.
—Ahhh… ah, en serio
—suspiró impotente.
—Dile a los otros que siento
no haberlo logrado. Los veo el lunes.
—Bien, ¡nos vamos! —anunció
el conductor.
—¡JooRi ah! —gruñó.
Reíste entre dientes. —Me
quedo sin batería. ¡Tengan un buen viaje!
Beep.
Suspiraste. Realmente querías
hacer el viaje a casa con ellos.
—Pero no pudo ser. Si me
apuro quizá llegue para el próximo viaje —murmuraste para ti y
continuaste limpiando. Estabas segura que sería un solitario viaje
de dos horas.
Te apuraste con las tareas de
limpieza. Estabas segura de que podrías terminar las labores y
llegar al último viaje hasta que viste las goma de mascar pegadas en
las paredes de atrás. Tras un largo vistazo, los chicles estaban
formando la palabra “boba”. No tuviste que pensar demasiado para
darte cuenta que esas goma de mascar habían sido pegadas a
propósito. Después de todo lo que habías reportado en la oficina
disciplinaria. Aunque no habían sido castigados aún porque los
profesores querían que todos se centraran en los exámenes, la
venganza podía llegar siempre antes. O también podría haber sido
el chico Golem, o los amigos de Lee HeeJun, o cualquiera de tus
compañeros. Tanta gente te odiaba, que no te habrías sorprendido si
alguien te decía que (a excepción de ChanYeol, Kai y SeHun) había
sido esfuerzo de toda la clase.
Encontraste un cuter y lo
usaste para trabajar con los chicles, cuidadosamente intentando no
quitar también trozos de la pintura mientras removías las pegajosas
piezas.
Después de mucha dificultad,
finalmente terminaste. Todo lo que te restaba hacer era vaciar la
basura. Tomaste los dos tachos y lanzaste una mirada a la hora. Te
quedaban simplemente diez minutos. Si eras rápida, el viaje al
incinerador y volver al aula te tomaría cinco minutos. Sin embargo,
seguías necesitando volver a los dormitorios para cambiarte y
agarrar tus cosas, lo cual te tomaría otros cinco minutos, sin
mencionar esperar el elevador, y otros cinco minutos para regresar a
la puerta de la escuela.
—¡Oh, no! ¡No lo lograré!
Te quedaste congelada en el
aula mientras mirabas la hora. Sin importar cuanto pensaras sobre
eso, no había manera de que llegaras a hacer todo, a menos que de
repente tuvieses la habilidad de volar como ChanYeol, o el
teletransportarte sería incluso mejor. Más que nada querías estar
en el viaje de ese día. Viajar el día siguiente sería una pérdida
de las dos preciosas horas que podrías pasar con tu madre y HyeBin.
Además, los viajes de los sábados eran por la mañana, y nunca
habías sido buena en ser puntual por la mañana.
El reloj sonó, quitándote
otro minuto. Y solo estabas ahí, echando raíces en el suelo con
frustración y decepción.
La puerta se abrió, sacándote
de tus pensamientos.
—¡Kai! —exclamaste cuando
lo viste parado en el portal jadeando.
—JooRi. —Lay apareció
junto a él.
—Pensé que esto ocurriría
—murmuró Kai mirando las bolsas que estabas cargando.
—¿Por qué siguen aquí?
—preguntaste sorprendida.
—¿Qué más necesitas
hacer? —preguntó Lay apurado.
—Y-y-yo tengo que vaciar
estos —contestaste con pánico.
—No hay tiempo. ¿Tus cosas
siguen en el dormitorio?
—S-sí.
—Te llevaré ahí —dijo, y
de repente se transformó en un lobo realmente grande sin advertir,
haciendo que soltaras las bolsas y cayeras al suelo sentada mirándolo
con la boca abierta.
Tenía un hermoso pelaje gris
claro en la mayor parte de su cuerpo, y blanco perlado en el hocico,
pecho y patas. Era enorme, ligeramente más grande que la forma de
Gumiho de Kai. También era más mullido y su cuerpo más musculoso.
Ahora que habías visto un lobo real, podías estar muy segura de que
Kai en efecto se veía más como un zorro que un lobo. Y tenía unos
ojos claros de un gris perlado que parecían cristal. Era hermoso.
—Lo siento por eso. Pero
necesitamos apurarnos. Súbete —tronó su voz, agachándose.
—Q… —murmuraste aún en
el suelo.
Kai suspiró y se aproximó a
ti, ayudándote a levantar. Luego agarró repentinamente tu cintura y
sin esfuerzo te subió al lomo de Lay.
—¡Waaah! —murmuraste.
—Kai, encárgate de la
basura. Nos encontramos en la puerta —dijo Lay.
—Entendido —contestó Kai,
mientras te ayudaba con tu mochila. No te diste cuenta cuando la
agarró.
—JooRi, pon tus brazos
alrededor de mi cuello. Necesitas sostenerte bien fuerte —instruyó
Lay.
—E-está bien —contestaste,
haciendo lo que te dijo.
En un pestañeo, Lay comenzó
a correr. Era rápido, imposiblemente
rápido. Los corredores pasaron borrosos al pasar por ellos. Te
sostuviste de su cuello aún más fuerte, sosteniendo tu querida
vida.
—Sostente fuerte —dijo, al
encontrar una ventana abierta en el pasillo. De repente saltó alto y
fuera por la ventana. Fue tan inesperado y repentino que te
encontraste gritando. Ni siquiera tuviste tiempo de cerrar los ojos,
cuando ya se encontraban sanos y salvos en el suelo. Continuó
corriendo tan rápido como tocó la tierra sin parar por el
aterrizaje.
—¿Estás bien? —preguntó.
—¡S-sí! —gritaste,
aunque tu cara estaba blanca del miedo. Sentiste como el espíritu te
dejaba durante el salto y flotaba por algún sitio del aire.
¡Voy a tener un ataque al
corazón!
Lay rápidamente cubrió el
enorme terreno en segundos. Hubo jadeos de algunos estudiantes al
pasar por la puerta donde estaban esperando el último viaje.
—Ey, ¿ese no era Lay hyung?
—dijo BaekHyun, mirando desde la ventana del bus.
—Y esa era JooRi montándolo,
¿no? —exclamó ChanYeol, también mirando por la ventana.
—¡¿Quién monta a quién?!
¡Déjame ver, déjame ver! ¿Dónde está la acción? —Chen quien
había estado enterrado en su IPod y no había visto pasar a Lay y a
ti, preguntó excitado.
—No de esa manera —murmuró
SuHo, golpeando a Chen en la cabeza con su planificador—. Kai y tú
son… Aigoo.
Lay llegó a los dormitorios
en seguida.
—¿Cuál es el número de tu
cuarto, JooRi?
—Cincuenta.
—Bien.
Procedió hacia las escaleras
para incendios y ascendió casi a todo vuelo en nada. Rápidamente lo
dirigiste hacia tu cuarto, donde finalmente te bajaste. Buscaste las
llaves e intentaste destrabar la puerta, pero tus manos estaban
temblando tanto que no podías meterla en la cerradura.
—Déjame ayudar —ofreció
mientras se paraba junto a ti en su forma humana y tomaba las llaves
de tu mano. Lo miraste sorprendida. No habías notado cuando se había
transformado.
—Lo siento, solo…
—murmuraste
mientras sacudías tus manos temblorosas.
—Está bien —sonrió.
Abrió la puerta para ti y esperó en el portal. Rápidamente tomaste
la mochila de LuHan, acostada en tu cama, donde habías preparado tus
cosas la noche anterior, y te quitaste la de Lay, dejándola sobre la
cama. Corriste hacia la puerta, pero volviste a tu cama, para tomar a
Totoro.
—¿Es todo lo que necesitas?
—preguntó Lay, después de que llegaras, mientras seguía
sosteniendo la puerta abierta.
—Sí —contestaste.
Trabó la puerta por ti y te
devolvió las llaves. Se volvió a transformar en Nivel Tres,
sorprendiéndote de nuevo, aunque no tanto como antes. Tomó a Totoro
con su boca, percibiendo que sería dificultoso para ti treparte en
su lomo. Extendiste la mano por Totoro cuando finalmente te sentaste.
—Lo llevaré por ti. Solo
sostente fuerte —dijo.
—Entendido, gracias.
—JooRi, voy a saltar
—previno.
—Bien —contestase,
abrazándote a su cuello con fuerza y tomando su suave pelaje.
Se agachó, antes de saltar
hacia arriba, por encima de las barandillas de la terraza. Gritaste.
Pero ya que esta vez habías sido advertida de antemano, fue más por
la emoción que por el miedo.
Lay aterrizó con un ruido
sordo, y tú riendo.
—¿Estás bien?
—¡Sí! —contestaste.
—¿No te asústate?
—preguntó, comenzando a correr de nuevo.
—Solo un poco. ¡Pero fue
divertido! —reíste, y él contigo.
Había sido un salto más alto
que el primero, ya que ese había sido desde el cuarto. Deberías de
estar aterrorizada, pero no te sentías para nada asustada. Un poco
nerviosa quizá, pero no pensabas que podrías morir o lastimarte, o
nada de eso.
Quizá porque sé que nada
me pasará porque estoy con Lay.
Lay llegó a la puerta del
colegio en nada.
Es verdad. Los lobos son
rápidos.
Lay se detuvo justo frente a
los buses, ganando curiosas miradas de los otros estudiantes. Los
motores ya estaban encendidos.
—¡Ey, señor! Denos un
momento. ¡Nuestros amigos están aquí! —La estruendosa voz de
ChanYeol sonó desde dentro.
—JooRi, apúrate —dijo
Lay, agachándose. Rápidamente te bajaste e ingresaste al bus.
—¡JooRi, aquí! —te llamó
XiuMin, señalando un espacio entre ChanYeol y Kai atrás de todo,
donde los ruidosos estaban sentados (excepto por D.O.).
—¿Por qué siguen aquí,
chicos? —preguntaste sorprendida cuando viste a los diez en el bus.
LuHan se vio sorprendido al
notar que usabas su mochila. La miró por un instante antes de volver
a su cubo rubik.
—¡Rápido! Siéntense. ¡Nos
estamos yendo! —dijo el conductor simpáticamente. Inmediatamente
te sentaste. Viste a Lay tomar asiento junto a SuHo una fila delante
de la que tú estabas. LuHan, SeHun y XiuMin estaban sentados juntos
en el lado opuesto al suyo.
—Esperamos por ti, por
supuesto. Es nuestro primer fin de semana libre, no podíamos dejar
que hagas el viaje sola —dijo Chen, respondiendo tu pregunta.
—Ustedes, chicos
—murmuraste, sintiéndote tocada. No esperabas que esperaran por
ti.
—Por cierto, JiMin se
disculpó por tener que adelantarse —informó SuHo.
—No, está bien.
—JooRi —dijo Lay,
caminando hasta tu asiento, sosteniendo a Totoro.
—Oh, gracias —contestaste.
Pero ChanYeol tomó a Totoro antes de que pudieses hacerlo tú. Lay
volvió a su asiento.
—¡Oh! Es el pequeño chico
de tu cuarto. ¿Cuál era su nombre? —preguntó ChanYeol, examinado
a Totoro como un cachorro.
—Totoro —contestó D.O.
—¿Totoro? ¿No es de ese
cartoon japonés con esas bolas de hollín? —dijo BaekHyun,
quitándole a ChanYeol el peluche.
—¡Déjame ver! —dijo
SeHun, también queriendo agarrar a Totoro.
—¿Por qué llevas esto por
ahí, JooRi? ¿Eres alguna clase de niña pequeña o algo así? —dijo
Chen, riendo.
—Niña —bufó LuHan.
—E-eso es porque…
—dudaste.
—Necesita algo que abrazar
cuando duerme, ¿verdad? —dijo Kai, riendo.
—¿C-cómo sabes eso?
—preguntaste, sonrojándote.
—Es un secreto. Estabas
borracha, así que no puedes recordar lo que pasó —se burló.
—¿Por qué? ¿Qué pasó?
—preguntaste con sospecha.
—Te dije que es un secreto
—sonrió de lado.
—Mweoya. —Frunciste el
ceño.
Aunque tú y Kai habían
vuelto a la normalidad, te encontraste ruborizándote cada vez que se
acercaba, como ahora, porque por alguna razón, esa
escena en la terraza volvía a aparecer en tu mente de la nada.
Crecer sin un padre o hermanos o incluso ningún amigo hombre, te
hacía sentir incómoda cada vez que recordabas lo que había pasado.
Era la primera vez que alguien del sexo opuesto te había sostenido
tan
cerca.
Sacaste esos pensamientos de
tu cabeza y dejaste que tu mente deambulara por Lay.
Entonces es un lobo,
pensaste mientras mirabas la parte posterior de su cabeza.
Uno bellísimo. Me pregunto que serán los otros.
Miraste a todos.
Kai es un Gumiho, Chen un
Tritón, D.O. es un vampiro, aunque no he visto su forma de monstruo
completa aún. Luego está ChanYeol, quien tiene alas en su espalda,
pero no he preguntado qué clase de monstruo es él. Debería hacerlo
estos días.
Los chicos se enfrascaron en
una ruidosa conversación. Pretendías escuchar, mientras jugabas en
tu cabeza un “¿Quién es quién?” con qué clase de monstruos
eran los otros. Tus ojos se fijaron en LuHan, inmediatamente
frunciste el ceño.
Ese demonio debe ser un
Diablillo. O peor.
Ahora que lo pensabas, te
preguntaste que clase de monstruo eras y como se vería tu forma
completa. Esperabas que nada tan horrible como los Diablillos.
Oh, cierto. Soy solo una
Clase D. De acuerdo a ellos, no tengo Nivel Tres. No debería tener
siquiera Nivel Dos,
suspiraste. Recordando, las cosas que el doctor Jung te había
revelado eran demasiado vagas. Estabas muriendo por saber qué clase
de monstruo eras, que cosas podías hacer, y porque podías hacer
cosas que de acuerdo a otras personas, eran imposibles para monstruos
de tu Clase. Solo una cosa era certera, tenías el trabajo de aceptar
tu lado monstruoso para obtener respuestas.
Un milagro, ¿huh?
Te estremeciste cuando
repentinamente, Kai presionó su nudillo contra tu frente, justo en
medio de tus cejas.
—¿Qué pasa con tu cara? Te
saldrán arrugas —te dijo.
—Solo pensaba —contestaste,
incómoda, ruborizándote de nuevo.
—¿Por qué te estás
ruborizando tanto estos días? ¿Realmente caíste por mí? —Sonrió
de lado.
—¡POR SUPUESTO QUE NO!
—contestaste, un poco fuerte, ganándote la atención de todos en
el bus.
—Solo bromeaba —rió
mientras juguetonamente despeinaba tu flequillo.
Todos se sobresaltaron por un
sonido de algo cayendo al suelo. Viste las piezas de un teléfono
celular dispersas por el suelo no muy lejos. Una chica se levantó
mirándote cabreada y levantó las piezas. De alguna manera, tenías
la sensación de que lo sucedido no fue accidental, juzgando la
maliciosa mirada que la chica te había brindado.
—¡Hey, hey! ¿No es ese
Angry Bird y KungFu Panda? —susurró ChanYeol señalando algún
lugar al frente.
Estiraste el cuello y viste la
indiscutible figura posterior de Kris y Tao. —Sí, son ellos.
—Es extraño —murmuró
ChanYeol.
—Sí, lo es —acordó
BaekHyun.
—¿Qué es extraño?
—preguntaste.
—Esos dos nunca salen las
semanas libres. Siempre se quedan en la escuela. Quiero decir, son de
China, así que no tienen un hogar aquí en Corea para quedarse. Es
la primera vez que salen en la semana libre, ¿no? —dijo ChanYeol.
—Sí, nunca los he visto en
un viaje antes —contestó Chen.
—Quizá decidieron hacer un
tour por Seúl —dijiste seriamente.
—Puede ser —acordó Chen.
—Extraño —espetó
ChanYeol.
—¿Por qué les tienes tanta
desconfianza? —le preguntaste.
—¡Son extraños! —dijo,
como si fuese obvio.
—¿Entonces no te gustan
porque son extraños? Soy extraña. Soy una Clase D que ni siquiera
puede usar aún su Core y ha sido aceptada en MA. Sin mencionar que
alego haberme convertido en Nivel Dos. ¿También me odias entonces?
—Aish, no es lo que quise
decir —bufó ChanYeol.
—Deberías darles una
oportunidad, lo sabes. En verdad son buenos.
—¿Por qué los defiendes
tanto? ¡Te has enamorado de Angry Bird! —preguntó fuertemente,
haciendo que los otros en el bus lo escucharan y giraran hacia ti.
—¿Qué? —preguntaste
incrédula.
—Sé que muchas chicas lo
persiguen aunque no puedo entender porque. Pero, ¿tú, JooRi? Debe
ser porque pasas todo ese tiempo con él en las clases extras. ¿Qué
es lo que has visto en ese…? Mmmbbwwmmmmm… ¡MMM! —gritó
cuando le cubriste la boca.
—¡Aish! ¡No seas tan
ruidoso! No sé de qué estás hablando. Ni siquiera sé de donde
sacaste esa idea —murmuraste.
Los otros estudiantes estaban
susurrando entre ellos mientras daban miradas furtivas entre tú y
Kris. “Angry Bird” era uno de los sobrenombres más populares de
Kris, así que todos sabían que ChanYeol se refería a él. Kris y
Tao también te miraban a ti y a ChanYeol, pero volvieron su atención
a otra cosa, mostrando que no les importaba nada alrededor suyo.
Suspiraste y soltaste a
ChanYeol. —Deja de ser tan impulsivo y ruidoso. Me meterás en más
problemas.
—¿Por qué? —preguntó
astutamente—. ¿Estás asustada de que pueda saberlo?
Sacudiste la cabeza con
rendición. —A pesar de tu rendimiento académico, la forma en que
piensas me asombra.
—Lo sé, ¿verdad? —se
metió BaekHyun.
—Ya, ¿qué quieren decir?
—demandó saber ChanYeol, mientras los otros reían.
El viaje continuó siendo
ruidoso con las charlas y algunas veces cantos de Chen, ChanYeol y
BaekHyun, con ocasionales participaciones del resto. No podías
realmente culparlos. Te preguntabas si eran naturalmente habladores,
y todo lo que decían parecía ser interesante, lo cual no hacía
ninguna conversación aburrida.
D.O. se durmió en el medio
del viaje, su cabeza descansaba confortablemente en el hombro de Kai.
También caíste dormida. La locura de la noche anterior te había
quitado un par de horas de sueño e incluso había causado que te
durmieses en medio de tu prueba de matemáticas. Realmente habías
puesto mucho empeño para tus primeros exámenes principales de MA.
No solo con las lecciones pasadas con rapidez en la escuela, tus
exámenes también habían sido el infierno.
¡Gracias a Dios
terminaron! Bostezaste.
—¿Cierto, cierto? ¡Eso fue
divertido! —rió con fuerza ChanYeol—. Eso fue tan estú… —paró
a mitad de la frase cuando sintió la gentil presión de tu cabeza en
su hombro.
—Se durmió —dijo BaekHyun
y los otros miraron interrogantes la razón del silencio de ChanYeol.
—Hey, su boca está abierta
—rió ChanYeol—. Tomémosle una fotografía. —Sonrió, buscando
su teléfono y posicionándolo frente a tu cara.
—¡Aish! Deja de moverte, la
despertarás. —BaekHyun golpeó su mano.
—Mmm —gruñiste y te
acomodaste, abrazando su brazo con fuerza.
—Omo —murmuró ChanYeol,
mientras levemente se inclinaba lejos de ti, haciendo que tu cuerpo
cayera en una incómoda posición.
—Te dije que necesita
abrazar algo cuando duerme —rió Kai.
—¿Siempre hace esto? ¿Qué
si se sienta junto a un extraño? ¿Un criminal? ¡¿Un abusador?!
—preguntó ChanYeol.
—¡SHH! Baja tu voz —le
regañó SuHo.
—Qué bueno que decidimos
hacer el viaje con ella —sonrió Lay.
—Ella es un bicho malo
—suspiró BaekHyun—. Siento como que nunca debemos dejarla sola.
—Sí. Es muy torpe y algo
impulsiva. Y no puedo creer como diariamente se mete en problemas, me
asombra. —SeHun rió entre dientes—. Pero es fuerte, y eso me
asombra aún más; como puede actuar como si todo estuviese bien y no
deja que los problemas saquen lo peor de ella, e incluso tiene tiempo
para preocuparse sobre los demás.
—Sí, esa es una de las
fortalezas que admiro de ella, como se preocupa por los demás más
que por sí misma —acordó SuHo.
—Deseo que esas personas
dejen de lastimarla. Es una buena chica —dijo SeHun tristemente.
—Solo deseo que confíe en
nosotros un poco más —dijo Lay.
—Sobre eso, creo que tengo
una idea de porque es así —dijo SuHo.
—¿Qué quieres decir?
—preguntó BaekHyun.
—De acuerdo a su información
en nuestros registros, ella perdió a su padre a una edad temprana.
Por eso mismo, su madre intentó salir adelante ella sola. Ella vende
pescado en mercado de su área, y todos sabemos que eso no da mucho.
Se ofreció a ayudar a su madre después de clases y los fines de
semana. Intentó conseguir becas para la secundaria pero falló en
sus exámenes. Bueno, sus notas no son tan buenas y tampoco es muy
atlética para los deportes —dijo SuHo rascando su cabeza—.
Incluso había planeado no ir al instituto y decidió que tomaría
algunos trabajos de medio tiempo, pero su madre insistió en enviarla
al colegio. También, hizo algunos trabajos de medio tiempo un par de
meses atrás. Creo que quería ayudar a su madre con sus finanzas.
Pero su madre no la dejó hacerlo mientras siguiera estudiando, la
atrapó cada vez que tenía uno de esos trabajos. Aparentemente,
tampoco asistía a las fiestas, partidos, viajes de estudio y otros
grandes eventos de su antigua escuela. Tampoco se unió a ningún
club. De acuerdo a su antiguo profesor de aula escribió en su ficha,
dijo que no quería unirse a ningún club y hacer horarios extras,
porque quería volver a casa lo antes posible para ayudar a su madre
en el mercado.
Los otros miraron a SuHo. Era
la primera vez que oían sobre tu vida, ya que nunca hablabas mucho
de ti misma.
—Como sea, ese fue el
reporte que sus profesores y el Director anteriores, JooRi creció
viendo a su madre luchar solo para criarla. Quería ayudarla pero no
podía. Y por eso, creo que intenta hacer su mayor esfuerzo para no
causarle ningún problema. Y creo que lleva esa actitud con todos los
que conoce. Aunque necesita mucha ayuda, intenta ser independiente de
manera que no quiere causar problemas a los demás y resolviéndolos
ella misma. Puede que siente que causa a los demás inconvenientes
cada vez que pide ayuda.
—Eso también es lo que
pensé cuando no nos pidió ayuda incluso cuando se metió en
problemas con esos Diablillos —dijo Chen.
—Quiero que el tiempo pase
rápido así podré tener una edad legal, graduarme y trabajar.
Quiero obtener dinero para ayudar a mi madre con nuestras finanzas y
ayudar a que pague sus deudas. No quiero ser una carga para ella y
los demás. Quiero ser útil —recitó SuHo—. Eso es lo que
escribió en el ensayo que sus profesores pidieron para sus planes
futuros. Parece que no tiene planes de una profesión en mente y
cuando le preguntaros que ocupación le gustaría, ella solo escribió
“nada”.
Los chicos te miraron mientras
dormías plácidamente en el hombro de ChanYeol.
—Es tan joven, y ya está
pasando por tantas cosas —dijo BaekHyun, recordando que solo tenías
diecisiete, a comparación de sus edades que llegaban a los siglos.
—No le digan a los demás
que se los dije. Esta información se supone que es confidencial —les
dijo SuHo mientras avergonzado rascaba su cabeza.
—Hombre, no hubiese tenido
idea si no nos lo decías, hyung. Quiero decir, ella parece tan
despreocupada y todo —suspiró ChanYeol.
—JooRi ah —murmuró
SeHun—. Juro que siempre la protegeré.
—Por supuesto. Todos lo
haremos. Ha hecho mucho por nosotros. Y es parte de nuestra familia
ahora —sonrió SuHo.
ChanYeol se enderezó,
moviéndote a una posición más cómoda. —Duerme bien, JooRi ah.
Es mi camisa preferida la que estoy usando. No la babees, ¿entendido?
—sonrió.
Notas de traducción
Aquí les dejo una imagen de como se tendría que ver Lay
Bueno, primero que nada este es el último capitulo publicado, así que cuando salga el próximo actualizaré, y no sé cuando va a ser, ya que la última vez que la autora entró en hiatus pasó casi un año.
Ola , quería decirte que la historia es fantástica ^^ pero sinceramente me enganché a ella 😅 , es bonita y graciosa , pero dile a la autora que gracias por una historia así ^^ gracias 😊
ResponderEliminar¡Hola! Gracias por comentar, y no te preocupes, que la autora recibe todos los lindos comentarios que me dejan las lectoras hispanohablantes.
Eliminar¡¡Muchas gracias por leer y pasarte por aquí a comentar!!
Gracias por responder haha ^^ dile a la autora que suba pronto! Me deja con la intriga! Haha ^^
Eliminar