Este capitulo lo tradujo mi dongsaeng, TKForTheMusic. Muchas gracias!
Interrogatorio
Respiraste temblorosamente
mientras te parabas afueras de la oficina del director. Tus rodillas
temblaban y tus palmas estaban empapadas de sudor. Volviste a
suspirar nerviosa, antes de golpear la puerta. Sin embargo, la puerta
se abrió antes de que pudieras hacerlo.
—Song JooRi, por favor
entra. —Maru, recordaste, te saludó y te invitó a entrar. Parecía
que ya sabía que estabas afuera.
Cierto. Los instintos de
los monstruos.
El cuarto estaba
sorprendentemente vacío, pero Maru te dirigió hacia otra puerta
dentro de la oficina. Golpeó dos veces la puerta antes de abrirla,
revelando lo que parecía ser un cuarto de conferencias. Te asomaste
ansiosamente, y antes de siquiera dudar, entraste. Cerca de una
docena de cabezas voltearon hacia ti, mientras seguías de pie allí,
sin estar muy segura de qué debías hacer.
—Ah, Song JooRi sshi.
Bienvenida —el director te saludó. Estaba sentado en la punta de
una larga y rectangular mesa, y te indicó con la mano que te
sentaras en el asiento opuesto al suyo. Escaneaste los rostros de las
otras personas que estaban allí. La primera persona era SuHo, quien
te estaba dando una reconfortante sonrisa. También estaba el
entrenador YunHo, tu profesor de historia, el señor Bae, y la
mayoría de los profesores de la facultad de E.F, rostros que
reconociste pero que no conocías en persona. También había un par
de personas a las que sólo habías visto ese día.
—Hola. —Te reverenciaste,
tu voz sonaba extrañamente baja. Procediste a sentarte donde el
director te había indicado, y lo hiciste incómodamente.
—¿Cómo estás? —preguntó
el director. Había sido un largo tiempo sin verlo y hoy raramente
podías reconocerlo. Se veía muy decente con su traje gris,
comparado con la demacrada apariencia que tenía en tu previo
encuentro con él. Claro que debía haberse vestido apropiadamente
para esa reunión, pensaste, y de alguna forma eso te hizo sentir
nerviosa, preguntándote si su personalidad cambiaba junto a su
imagen. Era un pensamiento confortante que el director no fuese como
los demás profesores que siempre lucían intimidantes y críticos.
Hoy, sin embargo, lucía bastante serio, y por primera vez lo viste
de verdad como el director del colegio. Aunque lucía genuinamente
preocupado cuando te preguntó cómo estabas, lo cual tomaste como un
buen signo.
—Estoy… bien, supongo
—respondiste.
—¿Y qué le pasó a tu
nariz? —uno de los profesores preguntó.
—Me… Me golpeé en el
partido de E.F. de ayer —respondiste incómoda.
—¿Cómo está?
—Me duele, pero no está
rota —contestaste.
—¡Ja! ¡Eso no es nada
comparado con lo que le pasó a mi hijo!
Tus ojos repararon en una
mujer de edad media que estaba sentada entre los profesores. Vestía
ropas lujosas, y su cuello, al igual que sus muñecas, dedos y
orejas, estaban adornadas con joyas que parecían costosas. Tenía
las manos cerradas en puños mientras su boca apretada en una fina
línea temblaba. El hombre a su lado puso una mano en su hombro para
reconfortarla.
—Por cierto, Song JooRi,
estos son el señor y la señora Lee, los padres de Lee HeeJun sshi
—presentó el director.
Tus ojos se ampliaron y de
alguna forma entraste en pánico mientras te reverenciabas y dabas un
apagado “hola”. La señora Lee gruñó un irritado “hmf” y ni
siquiera se molestó en esconder su disgusto. Silenciosamente
esperaste que no se dirigiese directamente a ti, y te animaste a ti
misma con el pensamiento de que estaba molesta por lo que le había
pasado a su hijo. El señor Lee, por otra parte, respondió con un
corto asentimiento, pero su rostro tampoco estaba muy conforme.
Parecía que ya habían ido a ver a su hijo. Y por cómo lucían,
estaban muy enojados.
Bueno, ¿quién no lo
estaría? Su hijo fue golpeado casi hasta la muerte. “Enfurecidos”
es un mejor término para describirlos ahora mismo.
—Song JooRi sshi, dinos lo
que pasó en el partido de ayer —te ordenó el señor Bae.
—De acuerdo. Uh, tuvimos un
campeonato de interclase de tenis. Los equipos eran decididos por
sorteo, así que a mi compañero y a mí nos tocó el equipo de Lee
HeeJun como oponente —empezaste.
—Tu compañero era Park
Chanyeol, ¿verdad?
—Sí —respondiste. Por el
rabillo del ojo, viste que la señora Lee murmuraba hacia ti ante la
mención del nombre de Chanyeol.
—¿Y entonces qué pasó
después?
—El partido iba bastante
normal al principio, pero la cosa entre Chanyeol y HeeJun comenzó a
acalorarse.
—Lee HeeJun sshi dijo que
Park Chanyeol intentaba deliberadamente golpearlo con la bola cada
vez que la devolvía. ¿Es verdad?
—Yo… —Bajaste la voz y
dudaste entre decirles la verdad o no. Sabías que Chanyeol
ciertamente había golpeado a HeeJun cuando regresaba los
lanzamientos. Pero sabías que decirles la verdad ponía a Chanyeol
en una muy mala posición. Además, había una razón por la cual
Chanyeol había actuado así—. Sí —finalmente murmuraste.
—¿Sí? —verificó un
miembro de la junta.
—¡Ja! ¡Esos pequeños
odiosos bribones! —La señora Lee echaba humos.
—Por favor cálmese, señora
Lee —dijo el director. Su esposo la tomó de su espalda para que
volviera a sentarse. Ella se desplomó y te envió dagas con los
ojos.
—¿Sí? Entonces Park
Chanyeol sshi intentó golpear a Lee HeeJun devolviendo las bolas,
¿eso es verdad? —otro profesor preguntó.
—Sí. Pero Chanyeol sólo lo
hizo porque estaba muy enojado con Lee HeeJun en ese momento
—inmediatamente explicaste.
—¿Estaba enojado? ¿Por
qué? ¿Habían peleado antes del partido? —dijo otro profesor.
—No, pero estaba enojado
porque Lee HeeJun me había estado acosando…
—¡No tiene sentido!
—escupió la señora Lee.
—Es verdad, señora Lee. Su
hijo viene acosándome hace tiempo —insististe.
—¡¿Y por qué mi hijo
haría algo así?!
—Señora Lee, por favor,
déjele terminar —dijo el director.
—Song JooRi sshi, si Lee
HeeJun te ha estado acosando, ¿por qué no lo reportaste? Podrías
haberlo hecho en nuestra oficina y nosotros podríamos haber ayudado
con ese inconveniente —dijo SuHo.
—Obviamente porque ella
miente —dijo la señora Lee.
—No. No lo hice porque no
quería causar más problemas. Si lo reportaba a él y a sus amigos,
temía que sólo los enojara más y el único resultado fuese más
acoso. Y esperaba que eventualmente se cansaran de mí, si yo decidía
ignorarlos —les dijiste.
—Entonces si es verdad que
mi hijo ha estado acosándote, ¿qué motivo tenía él para hacerlo?
—Fue el señor Lee quien preguntó. Él parecía más calmado que
su esposa, aunque su tranquilidad no ocultaba su disgusto y
desconformidad.
—Empezó en mis primeras
clases de monstruos. Fue en el período de Esencialidades de
Monstruos, y todos estaban practicando transformaciones de nivel uno
y nivel 2. Lee HeeJun accidentalmente se transformó en un nivel 3.
Yo aún no estaba acostumbrada a ver monstruos, así que estaba
sorprendida y un poco asustada, por lo que tuve que huir al baño.
Cuando la clase terminó, él me confrontó. Estaba enojado porque
creía que me había asqueado por su estado de monstruo…
—¿Qué? ¿Tú piensas que
nuestra raza es asquerosa?
—No, señora Lee. Bueno, sí,
al principio…
—¡¿QUÉ?! Vaya, en serio,
esta pequeña…
—Pero sólo estaba en shock.
Era mi primera vez viendo en su forma completa de monstruo. Crecí
sin saber que los monstruos existían, y viéndolo a él me asusté.
Pero no lo hice para insultarlo ni nada —explicaste.
—¿Entonces qué te hizo?
Dijiste que estaba enojado —otro profesor preguntó.
—Me empujó, y me dijo que
la Clase D no tenía derecho para subestimarlo. Me amenazó con que
podía romperme en pedazos si quería, pero LuHan nos vio y le dijo
que me dejara en paz.
—¿LuHan? Él también es un
miembro del equipo de fútbol, ¿verdad?
—Sí.
—Bien, continúa.
—Después del accidente,
estuvo molestándome. Pero sólo me molestaba y me llamaba con
nombres, así que decidí ignorar todo. Pero este lunes, no me estaba
sintiendo bien cuando él y sus amigos me molestaron, así que perdí
mi temperamento y les respondí. Él se enojó. Con sus amigos me
arrastraron a la parte trasera del colegio…
—Ah, ¿en serio? ¿Dónde?
—el entrenador YunHo preguntó, sorprendido.
—Al viejo depósito que está
en la parte trasera del edificio principal —respondiste.
—¿Qué hicieron? —preguntó,
con la preocupación escrita en todo su rostro.
—Lee HeeJun me estaba
empujando contra la pared mientras sus amigos nos rodeaban. Me dijo
algo, pero yo estaba demasiado asustada como para prestar atención,
y me estaba asfixiando…
—¡Mentiras! —la señora
Lee silbó—. ¡Los violentos son tus amigos! ¡¿No viste lo que le
pasó a mi hijo?! ¡No reviertas la historia!
—No miento, señora Lee. Sé
que debe ser difícil de creer, pero es verdad. El equipo de fútbol
lo supieron, y por eso se enojaron con él —les dijiste y miraste a
todos los que estaban en la habitación. —Esa es la razón por la
cual Chanyeol estaba enojado en ese momento. Y cuando fui golpeada
por Lee HeeJun y empezaron a pelear, eso debe haber desencadenado más
enojo. Sé que lo que ellos hicieron puede haber sido demasiado, pero
no es verdad que son violentos. Sólo estaban tratando de vengarse y
de protegerme.
Tus ojos se encontraron con
los de SuHo, y él te estaba dando una confortante sonrisa.
—¡No puedo creer que esté
escuchando esto! ¡Ella obviamente tiene todo armado! ¡Mi HeeJun no
es así!
—Le estoy diciendo la
verdad. Incluso tengo un moretón de cuando me arrastró —le
dijiste y mostraste tu moretón.
—¿Dices que Lee HeeJun te
hizo eso? —dijo el señor Bae con recelo.
—Sí.
—Esto, Song JooRi, es tu
historial médico del doctor del colegio. Conseguimos copias de todos
los que estuvieron envueltos para determinar tus heridas —dijo, y
empezó a leer una de las hojas—. Nombre de la paciente, Song
JooRi. Laceración externa en el puente de la nariz. Cartílago
lastimado de la nariz, resultado de un sangrado interno excesivo,
pero el hueso no está roto. También tiene un gran moretón en la
muñeca derecha de la paciente, pero ya tiene varios días. La
paciente dice que se la hizo cuando su mano fue atrapada por la
puerta. Ya se le han previsto medicamentos apropiados y se le avisó
que descansara por el resto de la semana —terminó y te miró
desdeñosamente.
Todos te miraron
interrogantes, excepto quizás SuHo, mientras esperaban tu
explicación.
—¡Jaja! ¿Ven? Les dije que
la niña miente. Ella se inventó todas esas historias —dijo la
señora Lee dándote una mirada burlona.
—No —dijiste—. Yo… Yo
sólo le dije eso al doctor Jung porque no quería tener otro
problema. Lo que pasó en el partido ya era un desastre. Temía que
si le decía la verdad, sólo haría que el inconveniente empeorara
—explicaste.
—¡Mentiras! ¡Todas
mentiras! —bufó la señora Lee.
—Estoy diciendo la verdad.
Incluso pueden preguntárselo a LuHan. Estuvo en los dos momentos que
Lee HeeJun me maltrataba —imploraste.
—¿Ese tal LuHan de nuevo?
¿No es un poco sospechoso que esa persona siempre esté cuando mi
hijo está supuestamente acosándote? ¿Y él no es también del
equipo de fútbol? ¡Todos nosotros sabemos que sólo te estás
inventando eso para ayudar a tus amigos buenos para nada! ¡Debería
haber anticipado que nada bueno podría venir de la indigna Clase D!
—Señora Lee, por favor, no
la juzgue por su Clase. Las Clases de Monstruos no definen el tipo de
persona —le dijo SuHo.
—¡Los de la Clase D son
todos iguales, y ella lo probó! Y tú, los profesores me dijeron que
también eres del club de fútbol —dijo maliciosamente—. ¿Por
qué? ¡Ustedes son unos niños que planean todo para culpar a mi
hijo!
—Sí, soy parte del equipo
de fútbol, señora Lee. Pero estoy aquí como Representante del
Consejo Estudiantil, y debido a eso, le aseguro que vengo aquí sin
favoritismos —dijo SuHo. Aunque lo dijo calmadamente, su mandíbula
se crispaba en agitación.
—¡Ridículo! ¿Por qué
estamos perdiendo tiempo aquí? ¿Por qué estamos siquiera
escuchándola? ¡Ya tenemos suficientes pruebas para saber que ella
es sólo una mentirosilla! —dijo la señora Lee, resistiéndose a
oír.
—Señora Lee, por favor,
cálmese primero. Pero sabes, Song JooRi sshi, ella tiene razón.
¿Cómo se supone que te creamos cuando tus declaraciones e historial
médico son diferentes? —un miembro de la junta preguntó.
—Lamento haberle mentido al
doctor Jung, y me arrepiento. Si hubiese sabido que esto pasaría, le
habría dicho la verdad, independientemente del problema en el que me
metería —dijiste.
—Vaya, de verdad —la
señora Lee se mofó.
—Pero deben creerme. Les
digo la verdad —continuaste e ignoraste a la señora Lee.
—¡Ya! ¿Cuándo dejarás de
mentir? ¡Esta niña insolente! ¡Nunca creeré nada de lo que tengas
que decir! Ya está claro que no dices más que mentiras. ¿Así es
como tu madre te educó? Bueno, ¿qué me esperaba? Debes haberlo
aprendido de ella.
—¡Mi madre no tiene nada
que ver con esto! —gritaste y te paraste de tu asiento. Tus manos
estaban cerradas en piños mientras la mirabas incrédulamente. Todos
estaban sorprendidos por tu repentino estallo y te miraban con los
ojos abiertos—. Sí, pude haber mentido en el historial médico,
¡pero sólo fue para evitar que su hijo y yo dejáramos de meternos
en problemas! Créame o no, no me interesa, ¡pero no meta a mi madre
en esto! ¡No la juzgue sólo porque tienes un problema conmigo,
usted no tiene idea de todo lo que ella tuvo que pasar por mí!
—¿Qué? ¡¿Has perdido tu
mente?! ¿Cómo te atreves a hablarles así a tus superiores…?
—No sé qué problemas tiene
usted y los demás con los monstruos de mi Clase —continuaste
interrumpiéndola—. Pero déjeme que le diga esto. Mi madre me crió
apropiadamente, ¡al menos más de lo que usted ha hecho con su
maleducado hijo que se piensa que cualquier persona más débil que
él es inútil!
—¡¿QUÉ?! —bramó y
también se puso de pie.
—¡Suficiente! —dijo el
director—. Song JooRi, usted también señora Lee, por favor tomen
asiento.
No te moviste y sólo seguiste
mirándola con enojo, y ella hacía lo mismo.
Sentiste cómo las lágrimas
comenzaban a formarse en sus ojos, y te mordiste los labios para
evitar llorar.
¡¿Cómo se atreve a
hablar así de mi madre?!
—Song JooRi sshi, señora
Lee, por favor —dijo de nuevo el director.
—¡Ja! ¡Ya tengo suficiente
de esto! ¡La condición de mi hijo es la evidencia de que aquellos
chicos malvados son los que están mal! —gritó la señora Lee y se
precipitó hacia la puerta. Se detuvo justo en frente y se volteó
hacia ti—. ¡Tú! ¡Recuerda esto! Me aseguraré de que pagues por
lo que tú y tus amigos le hicieron a mi hijo. ¡Y te arrepentirás
por hablarme como hiciste hoy! —Se fue y ni siquiera se molestó en
cerrar la puerta. Tú continuaste mirando a su dirección.
—Iré y hablaré con ella.
Por favor, excúsenme. —El señor Lee se reverenció y se puso de
pie. Te dio una fría mirada que no pudiste entender, antes de irse
con su esposa.
—Déjeme hablar con ellos,
director —un miembro de la junta se reverenció y siguió a los
demás.
Diste un fuerte suspiro
mientras intentabas resguardar tus emociones. Nunca antes te habías
sentido tan enojada, parecía que tu corazón estaba a punto de
explotar.
—Song JooRi sshi —el
director te llamó la atención. Lo miraste y tomaste tu asiento. En
el momento en que lo hiciste, te diste cuenta de que temblabas.
SuHo te lanzó una mirada
preocupada. Apartaste la vista y te enfocaste en cualquier cosa
excepto los rostros de la gente a tu alrededor que te miraban con
diferentes expresiones.
—Supongo que terminamos
aquí. Gracias por venir, Song JooRi sshi. Puedes regresar a tu
dormitorio ahora —te dijo el director.
—De acuerdo —dijiste e
hiciste una leve reverencia antes de salir.
Tus rodillas seguían
temblando y te preguntaste si lograrías salir de la oficina sin
colapsar. Afortunadamente lo lograste, y te asombró ver a LuHan,
D.O., Chen y SeHun esperándote en el vestíbulo.
—¿JooRi ah, ¿cómo estuvo?
—preguntó SeHun, pero inmediatamente se quedó en silencio cuando
vio tu rostro.
—JooRi, ¿estás bien?
—preguntó Chen.
—E estoy…
—Hyung, ¿cómo estuvo? —
preguntó D.O..
—Bastante intenso —respondió
SuHo.
—Vimos a una mujer
pisoteando fuerte hace un momento. ¿Era la madre de HeeJun?
—preguntó Chen.
—Sí —contestó.
—¿Qué pasó? —preguntó
LuHan.
—Es una larga historia
—respondió SuHo—. ¿No tienen clases?
—Estamos en estudiando solos
porque el profesor Bae está aquí —contestó LuHan.
—Me escapé de clases —dijo
SeHun.
—¿Qué? —exclamó SuHo.
—Vi a los hyungs por la
ventana viniendo hacia aquí. Quería venir también para ver qué
pasaba.
—JooRi, regresa al
dormitorio y descansa. Lo necesitas —te dijo SuHo y palmeó tu
hombro.
—De acuerdo —respondiste.
—Oh, mejórate pronto JooRi.
Ya te veremos.
—Sí, ya nos veremos
—respondiste a medias mientras te alejabas lentamente.
—¡Ya! ¡Desperdicio!
—alguien gritó cuando saliste del edificio. Había chicas de la
Clase Luna que ahora caminaban hacia ti. Te limitaste a mirarlas pero
no te molestaste en responder.
—¡Perra! —una de ellas
gritó empujándote—. ¿Cómo te atreves a meter a Kai y a Chanyeol
en problemas? ¿Huh? —gritó volviendo a empujarte.
—¡Asqueroso pedazo de
basura! —gritó chica, y también te empujó. Esta vez, perdiste tu
balance y te caíste al piso. No estabas de buen humor y querías
pelear, pero tu cuerpo se sentía tan cansado que no eras capaz de
hacer nada.
—¿Qué hacen? —Oíste a
alguien decir y levantaste la mirada para ver a Tao acercándose a tu
grupo. Parecía venir de la cafetería, ya que tenía una lata de
coca y un sandwich en la mano.
—Tao sshi —una de las
chicas murmuró. Tao nunca hablaba con nadie excepto con Kris, y a
ellas les sorprendía que les hablase.
—¿Qué están haciendo?
—les volvió a preguntar y se paró entre ustedes.
—Sólo le estábamos
enseñando una lección—una de ellas respondió dudosamente.
—No deberían hacer eso
—dijo.
—Pero Tao sshi, esta chica
ha estado causando muchos problemas. Y por favor, no te preocupes por
ella. Es de la Clase D —respondió.
—Eso no les da el derecho
para hacer esto. Váyanse —les dijo. La frialdad de su voz hizo que
se fueran sin titubear. Tomó todas sus cosas en una mano mientras
que te ayudaba con la otra.
—Gracias —murmuraste
mientras la tomabas y lentamente te levantaste.
—¿Estás bien? —preguntó.
—Sí —respondiste, pero
salió como un susurro. Antes de que lo supieras, las lágrimas ya
habían empezado a caer. Inmediatamente las limpiaste.
—JooRi sshi —murmuró Tao
con dificultad.
—Lo siento. Por favor, no te
preocupes por mí —le dijiste y seguiste intentando limpiar las
lágrimas que llevabas aguantando hace rato.
Te miró inquieto, luciendo un
poco perdido. —¿Quieres ir a un lugar tranquilo donde nadie pueda
verte? —preguntó finalmente. Lo miraste por un momento y
finalmente asentiste en el medio del llanto.
—Bien —dijo, y empezó a
caminar. Silenciosamente lo seguiste. Los dos alcanzaron el sendero y
la cancha, y entraron a uno de los edificios de allí. Él encendió
las luces, revelando lo que parecía ser un lugar de prácticas de
peleas. Supusiste que debían ser las sedes del Club de Artes
Marciales por los guantes, sacos de boxeos y otros equipamientos de
entrenamiento.
Te sentaste en una esquina y
lloraste más abiertamente ahora. Deberías haber estado avergonzada
porque Tao estaba allí, pero ahora mismo no importaba. Tu pecho se
sentía muy apretado por tantas emociones, y sólo querías
liberarlas todas.
Finalmente, te sentiste mejor
después de un momento, y fue allí que recordaste la presencia de
Tao en la habitación contigo. Había estado tan inmóvil durante
todo el tiempo que casi habías olvidado que estaba allí.
—Lamento causarte problemas,
Taos sshi —le dijiste.
—No, está bien —dijo.
—¡Omo! ¿No tienes clases?
—exclamaste, recordando que todavía era horario de clases.
—No te preocupes. Estamos
auto estudiando porque nuestro profesor tuvo una reunión —te dijo
con su acento extraño.
—Oh —murmuraste y
recordaste que él estaba en la misma clase que LuHan, D.O., y Chen.
—¿Te sientes mejor ahora?
—preguntó.
—Sí, gracias.
—Tu nariz está muy
hinchada.
—Sí. Mis amigos me dijeron
que parezco una cebolla. —Te reíste—. Pero no está rota.
—Eso es bueno, me enojé
cuando ese chico te golpeó. Podría decir que lo hizo
intencionalmente. Las mujeres son muy preciosas y vulnerables. Los
hombres no deberían golpearlas. Deberían ser cuidadosos y
respetarlas.
—Gracias —le dijiste.
—Antes, cuando vi tus
zapatos en la basura, vi lo que los demás escribieron en ese papel
—confesó. Lo miraste sorprendida—. ¿Eran esas chicas de antes
quienes lo hicieron?
—Honestamente, no lo sé
—respondiste—. Hay demasiada gente de aquí que me odia, así que
realmente no puedo decir quién lo hizo —le dijiste e intentaste
reírte.
—¿Por eso llorabas?
—preguntó inocentemente.
—Oh, no. —Reíste—. No
estaba llorando por eso. Es sólo que… Algunas personas son muy
crueles. Fácilmente juzgan a los demás sin siquiera conocerlos. En
el mundo humano, la gente juzga por términos de dinero. Si eres
pobre, eres inferior e inútil. Si eres rico, eres especial e
importante. Incluso en el mundo de monstruos es así. No, es mucho
peor, porque no eres juzgado por lo que tienes, sino por lo que eres.
Y no sólo te juzgan a ti, también lo hacen a quienes te rodean. Es
sólo… —Apretaste los dientes cuando otra lágrima amenazaba en
caer.
—Ten—dijo Tao mientras te
tendía algo. Lo miraste y viste que eran guantes de boxeo. Lo
miraste inquietamente—.Te ayudará a sentir mejor —dijo.
Titubeaste pero decidiste
tomarlos de todas formas. Te los pusiste mientras Tao te ayudaba a
ajustarlos en tus manos. Luego tomó dos almohadillas de boxeo a las
que ató en sus manos y las sujetó frente a ti.
—Golpea —dijo.
—B-bueno —dijiste
dudosamente y lanzaste un suave golpe.
—Golpea más fuerte. Es
demasiado débil —dijo.
Volviste a golpear pero no fue
mejor que el anterior.
—Piensa en ellos, en esas
personas de las que hablaste. Esas personas que te juzgaron a ti y a
los que son importantes en tu vida —te dijo.
Tu rostro se arrugó, y
lanzaste otro puñetazo. Fue más poderoso esta vez, pero seguía
siendo un poco débil porque te preocupaba golpearlo a él
accidentalmente.
—Más fuerte —dijo.
Diste otro golpe. Esta vez, no
te contuviste.
—Más fuerte.
Golpeaste de nuevo con ambos
puños. Tao atrapó a ambos fácilmente.
—Más —instó.
—¡Ha! —gritaste mientras
lanzabas otra tanda de puñetazos.
—Más fuerte —dijo en voz
más alta.
—¡Ha! ¡HA! ¡HA! ¡HA!
—gritaste lanzando otros golpes. No te detuviste y continuaste
golpeando como una loca con todo lo que tenías, todo el momento
pensando en Lee HeeJun, su madre, la Abeja Reina y todos los que se
habían metido contigo.
Por otro lado, Tao dejó de
hablar y sólo te dejó golpear tanto como quisieras.
—¡HAAA! —exclamaste
mientras golpeabas por última vez. Respiraste pesadamente y dejaste
tus nudillos apoyados en la almohadilla. Después de un momento
finalmente te paraste derecha. Gotas de sudor se deslizaban desde tu
frente hasta tu cuello. Miraste a Tao.
—Buen trabajo. —Sonrió.
—Gracias, Tao sshi. —Le
devolviste la sonrisa, sintiéndote verdaderamente mejor.
Las horas escolares terminaron
y Tao tuvo que regresar para buscar su mochila en su salón de
clases, mientras que tú necesitabas regresar a los dormitorios. Tao
se ofreció para acompañarte hasta las puertas del colegio para
asegurarse de que nadie se atreviese a molestarte de nuevo.
Cuando pasabas por el edificio
de Administraciones, sin embargo, viste a SuHo y a los demás
reunidos juntos. Todos lucían serios y parecían estar discutiendo
algo importante. Le dijiste a Tao que te ibas a unir a ellos y le
agradeciste por ayudarte hoy.
—Chicos —les llamaste
mientras te acercabas a ellos.
—¡JooRi! —dijo SeHun
sorprendido—. Pensé que ya habías regresado al dormitorio.
—No, fui a otro lugar antes.
Estaba regresando cuando los vi aquí. ¿Qué discuten?
—JooRi —dijo SuHo luciendo
realmente serio, lo cual te hizo sentir nerviosa.
—¿Qué? —preguntaste
cuando él no continuó.
—La reunión terminó hace
un rato. La junta finalmente ha tomado una decisión —dijo.
Tragaste saliva mientras sentías que tus latidos se aceleraban.
—¿Y? —cuestionaste.
—Van a expulsar a Kai y a
Chanyeol.
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