sábado, 14 de septiembre de 2013

Capitulo 6 - Apocapypse






CAPITULO 6


LuHan estaba sentado en uno de los grandes sofás que había en ese salón, solo. Se sentía extraño, observado. No le gustaba. JongIn se había ido hacia bastante a una reunión de quien sabe que, aún no volvía, y él quería regresar a la mansión.

Su espalda recta y las manos sobre las rodillas, la mirada hacia el suelo, evitando un punto fijo entre la gente. Intentaba que de esa forma nadie quisiese acercarse.

- ¿Luhan? – esa voz. Levantó la mirada para encontrarse con uno de los chicos que solía molestarlo, hasta que lo compraron el año anterior en la subasta, junto a otro. El rubio frunció el ceño, y dirigió la vista hacia otro lugar, cualquiera -. ¿No me recuerdas? Soy ZiTao…

- Te recuerdo – le miró a los ojos, desafiante. El otro se encogió de hombros. LuHan volvió a bajar la vista. Ahora ambos estaban en las mismas condiciones, no podría reclamarle nada. ZiTao se sentó a su lado -. ¿Quiénes están?

- No hay muchos de los nuestros. YiXing, WuFan… - hizo un silencio en el que observó el salón -. La última vez solo fuimos dos, me sorprendió cuando apareciste solo tú en ese escenario.

- Así que estabas allí – suspiró. Tiró su espalda hacia atrás, intentando relajarse -. Necesito saber cómo está todo fuera, pasó un día y quiero volverme loco… ¿qué hay de JongDae? – Tao bajó la vista triste.

- Luego de causar un desorden lo enviaron a la guardia, nunca más lo volvimos a ver – fijó la vista en un lugar de la pista de baile -. Cada año traen menos. Esta vez fue uno de cada zona.

LuHan asintió.

El pueblo no era solo uno. Alrededor de una ciudad, que era la principal, donde vivían todos aquellos que pudieran pagar lo suficiente como para hacerlo, había cuatro zonas. En la época de su padre cada año se llevaban entre diez y doce chicos, desde entonces había disminuido la cantidad hasta ese año llegar a uno.

- LuHan – la voz de Tao lo sacó de su ensoñación -. Realmente lamento todo lo que sucedió antes – el chico solo le sonrió para indicar que todo estaba bien.

- Yo… tengo una pregunta – dudó unos minutos antes de hacerla -. ¿Cuántos realmente llegan a aparecer en este tipo de fiestas?

- No muchos… - Tao observó alrededor antes de contestar -. Por lo general son comprados para las tareas del hogar, muchos son pedidos por el gobierno para formar parte de la guardia… los más “presentables” somos elegidos para representar a las familias que nos compraron. Aunque a veces… no lo sé, pienso que algunos están para “satisfacer” a sus dueños – LuHan se ruborizó.

- ¿Siempre?

- No, es solo una teoría mía. Quiero decir… todos son hombres, tienen sus necesidades, y son demasiado ricos como para…

- ¡Está bien…! Ya entendí – el rostro de LuHan no podía estar más  rojo de lo que ya estaba. Una sombra se posó delante de ambos, al levantar la vista se encontraron con un chico bajito, con una hermosa sonrisa, de piel extremadamente pálida.

- JoonMuyn hyung…

- Nos vamos, Tao – su voz era también suave. LuHan no pudo quitar sus ojos de él, quizás con un poco de miedo, porque por más inocentes que se vieran todos en ese lugar sabía que una trampa debían tener.

JongIn volvió con él  unos minutos después. No parecía feliz, pero gracias a ello regresaron a la mansión antes.

- No habrá fiesta hasta dentro de una semana – dijo cuándo se encontraban en el coche. LuHan solo asintió, quizá feliz, no debería soportar las miradas hasta dentro de una semana… o más bien eso creyó.


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