domingo, 16 de marzo de 2014

UnderWorld - Capitulo 11









DongHae salió del colegio. Era la primera vez que lo dejaban salir tan temprano, así que corrió hacia HyukJae que iba delante.

- ¿EunHyuk, podrías ayudarme con la tarea de matemática? – le preguntó con un pequeño puchero. El otro lo observó durante unos segundos, pero luego asintió -. ¿Vienes a mi casa? – el chico negó algo asustado.

- Mi padre me obliga a volver apenas terminen las clases…

- Puedes llamarlo. Me prohibieron ir a tu casa. Mi madre no vuelve hasta la noche… y mi hermano me sigue – DongHae observó alrededor y encontró a uno de los monos de su hermano, luego se lo señaló a EunHyuk. Este se giró y lo vio, luego, el hombre desapareció -. Por favor – suplicó.

- Supongo que puedo llamarlo desde tu casa – DongHae sonrió y le tomó la mano antes de salir corriendo.

Al llegar a la casa del más pequeño se encontraron con que el hombre que los había observado en la salida del colegio estaba en la puerta, así que antes de que los viera llegar Hae lo convenció de ir a su casa, siempre podía mentir y decir que necesitaban hacer otro trabajo, él no necesitaba ayuda con matemática, pero era la excusa perfecta, ya que su compañero siempre obtenía las mejores notas en la materia.

La casa de EunHyuk estaba vacía, lo cual a DongHae le venía como anillo al dedo. Apenas ingresaron en el cuarto del dueño de la casa, dijo que necesitaba ir al baño, así que salió de allí y luego de cerrar la puerta, se dirigió a la oficina del padre de la casa.

Caminó lento y cuidadoso de que EunHyuk no saliera del cuarto y lo descubriera. Al llegar a la puerta, la abrió, sonriendo por que estuviese abierta.

Ingresó con cuidado y cerró la puerta. Lo más rápido que pudo se acercó al escritorio y buscó aquella libreta negra que había visto la última vez. Le pareció sorprendente lo rápido que estaba haciendo todo, incluso lo fácil que le estaba siendo. Observó alrededor nervioso y abrió aquel libro.

Eran notas. Notas y más notas sobre cómo funcionaba cada una de las nuevas creaciones, también sobre la materia prima que adquiría visitando diferentes barrios y jefes. Todo era normal, hasta que llegó a las pruebas. Aquel hombre probaba con adictos.

Sujeto 1: muerto.

Sujeto 2: muerto.

Sujeto 3: muerto.

Y así hasta llegar al 10. Luego estaba escrito como murieron y si estaba cerca de cumplir el cometido.

“No hay cambios respecto al nivel de adicción. Aumenta con cada inyección.” Decía al final.

“Se ha logrado que el sujeto de prueba 8 consuma poca cantidad durante cuatro tomas. Sin embargo, el nivel de toxicidad sobrepasó el límite y el sujeto murió.”

Siguió leyendo, las reacciones eran muy parecidas. Pero algo más llamó su atención. Los nombres, mejor dicho, los apodos de quienes habían sido los sujetos de prueba, eran los que más debían a su hermano y quienes habían pagado la totalidad.

- ¿Interrumpo? – DongHae comenzó a sudar frío. Levantó el rostro para encontrarse con el hombre. Aquel que lo había amenazado. Se levantó, tirando la silla y libreta al suelo, se pegó a la pared muerto de miedo.

- Y-yo, so-solo – tragó saliva e intentó gritar, pero el hombre fue más rápido y lo encerró entre sus brazos contra la pared. Tragó nuevamente y lo miró a los ojos -. EunHyuk iba a ayudarme con matemática.

- ¿En serio? – su voz sonó irónica -. Yo tengo un regalo para tu hermanito, ¿quieres verlo? – Hae no notó cuando el hombre le tomó el brazo y rasgó su camisa, pero al intentar luchar ya era tarde, el otro ya le había clavado la aguja. Sintió un terrible ardor en sus venas. Dolor y más dolor comenzó a sentir desde el brazo hasta el resto de su cuerpo. Cuando llegó a la punta de sus dedos del pie, solo cayó al suelo. No se podía levantar, ni ver hacia un lugar en particular, sus ojos solo se desviaban -. Es algo nuevo. Espero que mi sujeto 11 no muera como los demás…

Y una escalofriante carcajada salió de los labios del hombre. 

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